El renting le permite controlar
todos los costes de un vehículo.
Hasta la última tuerca, hasta la última coma
Elegir la forma de adquirir un vehículo para su empresa (propiedad, renting…) es una decisión importante que puede hacer variar considerablemente los costes que usted asuma. Por ello, es fundamental que se tome su tiempo y tenga en cuenta todos los gastos derivados de disponer de un vehículo, más allá del precio inicial. Averigue aquí cuáles son todos esos costes y las ventajas de optar por el renting.
Antes de comprar el vehículo…
Antes de decidirse, debe tener claro: qué vehículo es el adecuado, qué uso le dará, quién lo conducirá, cuántos kilómetros hará y qué servicios adicionales serían necesarios.
No se trata de una inversión ya que su valor va disminuyendo con el tiempo, aun en el caso de que no se utilizara de forma continuada. No olvide que el precio es un elemento más a tener en cuenta, pero no el único ni seguramente el más importante durante la vida útil de su vehículo. Con el renting, usted se ahorra una gran inversión inicial e imprevistos a largo plazo.
Mantenimiento, asistencia y reparaciones
A lo largo de su vida útil un vehículo tiene muchos costes adicionales. La mayoría de ellos derivados del mantenimiento que exige el desgaste del propio coche o furgoneta: neumáticos, aceite, embrague… A estos, que son gastos previsibles, hay que sumar todos los inesperados que pueden producirse durante su uso. Por ejemplo, por accidentes, reparaciones de averías y asistencia en carretera.
Todo ello hace que el coste total de un vehículo sea difícil de calcular, pudiendo llegar a dispararse en determinadas circunstancias. Por esa razón, tenga en cuenta las fórmulas que le ayuden a minimizar y predecir los costes derivados del mantenimiento y todas las reparaciones que el vehículo vaya a necesitar a lo largo del tiempo.
Que todos esos gastos estén contemplados en una cuota fija, tiene muchas ventajas para usted y, sobre todo, le permite vivir sin sorpresas.
Gestión, seguros e impuestos
Los costes de adquisición del vehículo, las reparaciones y el mantenimiento… Los costes no acaban aquí. La gestión de una flota tiene más gastos para usted y su negocio. Hay que tener en cuenta el impuesto de matriculación, el seguro, el impuesto de circulación… Es decir, todos aquellos trámites administrativos que su vehículo va a necesitar tener en regla.
Además de tener en cuenta todos estos gastos, también debería tener en consideración el coste en tiempo que requieren todas estas gestiones. Un tiempo que deja de dedicar a lo realmente importante: que su negocio se mueva y funcione.
Cuando usted dispone de un vehículo de renting, la gestión está incluida en el coste. Esto le supondrá un ahorro de dinero y, además, de tiempo.