Disfrutar un automóvil mediante renting resulta más económico que abonar los costes de un préstamo para adquirirlo.

La compra de un automóvil es la segunda transacción económica más importante a la que se enfrentan los españoles, después de la vivienda. La mayoría de conductores que adquieren un vehículo nuevo optan por solicitar un préstamo, ya sea a una entidad bancaria o a la financiera del fabricante. Pero existe otra alternativa a tener en cuenta, el renting, una fórmula que consiste en alquilar el modelo a largo plazo, durante unos años y con todos los gastos incluidos.

José Coronel de Palma, presidente de la AELR, la Asociación Española de Leasing y Renting, señala que “muchos bancos realizan comparativas entre el préstamo normal y el renting, sobre todo a los clientes particulares, para informarles que es más interesante económicamente el contrato de alquiler que el crédito”.

Este tipo de fórmula financiera es como la tarifa plana de los móviles aplicada al automóvil. El usuario paga una cuota mensual fija y se despreocupa del resto, porque la letra reúne todos los gastos asociados al vehículo, desde los impuestos y el seguro hasta el mantenimiento y las posibles averías. Incluso puede recoger también el cambio de neumáticos, aunque dependerá del contrato firmado.

En la mayoría de automóviles y tipos de acuerdo, el contrato de alquiler implica un ahorro de entre 50 y 70 euros al mes frente a las costas del crédito, lo que permite alcanzar un diferencial económico positivo de unos 600 euros al año.

El perfil de usuarios que utilizan este tipo de servicios suele ser el de aquellos que por cuestiones personales o de trabajo hacen un uso exhaustivo del vehículo, recorriendo muchos kilómetros anuales y que busca cambiar de coche en periodos relativamente cortos.

El renting es una alternativa interesante para los particulares, aunque son las empresas, desde pymes hasta autónomos, las que pueden conseguir los mayores beneficios. Y es que para las sociedades, las cuotas mensuales computan como gastos fiscalmente deducibles, al mismo tiempo que esta solución les permite liberar capacidad de endeudamiento y dedicarla, llegado el caso, a su foco principal de negocio, y no a la flota de vehículos, que suelen ser una simple herramienta para el desempeño de la actividad.

Ahora bien, la cuestión es la siguiente: como usuario, ¿merece la pena un renting en lugar de disponer de coche propio? Depende de cada caso particular;

-La compra demanda, a menudo, un desembolso inicial a modo de entrada para acceder al vehículo (y muchas veces una cuota final), mientras que el renting no.
Los gastos variables del renting son menores, pues el pago de las cuotas fijas incluye averías, seguro, mantenimiento, etc.
-El contrato de renting se realiza por unos años o un kilometraje estipulados (al finalizar el contrato siempre cabe la opción de compra del vehículo si el cliente lo quiere).
-En caso de grandes empresas y autónomos existen ventajas fiscales.
-El renting permite cambiar de coche al terminar el contrato.

UN EJEMPLO: SEAT LEÓN

Renting (cuatro años):Una de las empresas de renting que ofrece servicio a particulares, Lease Plan, propone un SEAT León 1.6 Tdi 115 St&Sp Reference por 284 euros al mes, IVA incluido y sin entrada. El contrato dura 48 meses, con 20.000 kilómetros al año. El servicio incluye asesor personal, gestión y pago de impuestos, mantenimiento preventivo, reparaciones, cambio de neumáticos, cobertura de daños sin franquicia y servicio exclusivo de recogida y entrega a domicilio. Desembolso: 13.632 euros.

Al contado: El mismo modelo, en el configurador online de SEAT, tiene un precio final que supera los 18.000 euros (con el equipamiento de serie). Desembolso: 18.110 euros. A esto hay que sumar impuestos de circulación, revisiones, reparaciones, seguro, etc.

Financiado: El servicio de financiación de la marca ofrece la posibilidad de pagar a plazos el vehículo. Eligiendo la modalidad de 48 meses (cuatro años), hay que pagar una entrada de 5.433 euros y una comisión de apertura de 380, más 47 cuotas de 206 euros mensuales. Desembolso: 15.495 euros. *Al acabar este contrato, el propietario puede devolver el vehículo o quedárselo en propiedad aportando una cuota final de 6.498 euros. Total (con el coche en propiedad): 21.993 euros. A esto hay que sumar impuestos de circulación, revisiones, reparaciones, seguro, etc.

 

¿Les parece interesante?

(Fuente: El Motor)

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